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jueves, 30 de agosto de 2012


Dudar de mí, de ellos, del mundo alrededor. De las fotos en mi escritorio, que muestran la niña que fui. De verme al espejo, y pensar en lo que soy.

Acaso soy aquello que soñé ser hace unos años atrás?

Recuerdo, hablando de un 2001-2002 una niña con un entorno familiar bastante bueno. Dentro de todo, a pesar de las peleas que habían en casa (bastante quilombera mi familia), me podía considerar una mina feliz en ese sentido. Eramos locos todos, igual en el fondo nos queríamos pila. Pero cuando iba a la escuela, me costaba todo. No las clases en sí, era la típica nena "Ste Ste". Me refiero a esas cosas que a un niño le quedan grabadas a fuego. Era la anti del grupo. La gordita que se sentaba en el último banco, que rara vez hablaba en clase, y si hablaba era para participar respondiéndole algo a la maestra. Recuerdo que me daba vergüenza pedirle una lapicera a "las populares", y que cuando les convenía, obviamente, ellas me venían a pedir algo... sin decir ni gracias. Burlas y sobrenombres de todo tipo, claro está. Incontables veces llegué a casa llorando por ser así. En qué cabeza entra? Llorar por como uno es. Uno es como es, y chau. Si no te gusta, "no mirés".
La cuestión es que me costó unos años entenderlo. Y lo que más buscaba de pequeña, en fin, era la aceptación de los demás.

Y eso me duro hasta 6to de escuela. Cuando mis viejos se separaron, entonces imaginense, mi mundo se rompió a pedazos. Mi soporte ya no era nada, sino que era algo que se disgregaba cada vez más y más. Y tuve que armarme, y a esas cosas que me hacían daño, en vez de llorarlas, ir a gritarlas. Ahí empecé a defenderme. Y ahí me empezaron a tener respeto: Cuando me hice respetar. Ja. Recuerdo que nadie se metía conmigo. Yo ya me avivaba. Aprovechaba un argumento para sacarme la rabia y la tristeza que tenía adentro. Y como todo es energía que uno transmite queridos querubines, yo era capaz de dejar a estos niños llorando. Sin quererlo, obviamente.

Creo que cuando uno no "tiene" las cosas, se hace técnicas para poder rehacerlas y reinventarlas de alguna manera. Con el tiempo, me fui haciendo de amigos que me ayudaron a crecer y creer más en mí. Pocos capaz, pero de los buenos. De los que se animaban a acercarse sin miedo a que le dijeran los otros, o quizá, mejor aún, chicos que se sintieran a la par. Me da mucho orgullo saber que uno de ellos, (bah, ellas) es mi mejor amiga HOY EN DÍA. La conocí en tercero de escuela. Las dos eramos las típicas nenas ignoradas por el resto del grupito.
Hoy por hoy, estoy orgullosa de decir que, aunque haya o no haya atención de parte del resto, somos nosotras y nos cagamos en lo que piensen los demás.
Y me encanta decir que me gusta como soy HOY. Quizá no era lo que buscaba. Quizá con lo que me encuentro hoy, es mejor todavía que lo que alguna vez llegué a pensar.
Y Grave error chiquita, con los años entendiste que para que los demás te acepten, primero te tenés que aceptar vos. Primero te tenés que tener un poquito de amor propio, y después, naturalmente... lográs eso que querías. Sin quererlo.
Rescato de esa chiquitina, ese mundo interior que supo tener durante tantos años. De jugar sola igual, y divertirse. De mirar a la ventana, y perderse por horas. De tener una cabeza bastante capaz de imaginar lo que fuera. Porque la imaginación es infinita, y muchas veces hace que llegue a lugares remotos de la felicidad. Y por qué no? Hasta puede llegar a hacerse realidad.
Rescato eso, porque aún lo tengo hoy. Porque puedo pasarme horas sola, enganchada escuchando música, encerrada en mi cuarto, nada más que con mi imaginación y yo misma. Creo que por eso, es que llegué hasta acá. CONTRADIGANME SI QUIEREN, pero en mi opinión se necesitan momentos de extrema soledad para ser alguien verdaderamente social. Al igual que momento de tristeza autentica para poder estar feliz. Y todos los ejemplos que ustedes quieran usar al caso..no hay que meditar mucho. En fin, uno tiene que ser como es y punto. Do what you love, and fuck the rest.



PD: Y aclaro "what you REALLY love".

4 comentarios:

  1. No hay que culparse por cómo era uno cuando niño, a esa edad no se es consciente de nada. Y aunque los niños son sinónimo de ternura, inocencia, etc. entre pares pueden llegar a ser muy crueles. Pero la vida sigue. Hiciste bien en hacerte respetar. Y haces bien en aceptarte como sos, sin importar el resto. Uno imagina un futuro genial, y a veces no sale como pensaste, pero no necesariamente es malo, es diferente.

    Saludo.

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  2. Tienes toda la razon uno debe der ser.como es y no ser diferente para que lo acepten,muy buena entrada y me encanta tu blog.Te sigo obviamente,pasate por el mio

    http://unasonrisaesloquenecesito.blogspot.com

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  3. Me encantó tu post. Me siento identificada con un montón de cosas de las que contás, por no decirte que me pasaron casi igual. Y sí, también creo que lo más importante es aprender a aceptarse, y que hay que haber sufrido para valorar la felicidad, a lo mejor incluso para poder serlo.
    Saludos

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