Eran las 4 am y nuevamente no podía dormir. Esta vez me había pasado la mala suerte de que había sido arriba de un ómnibus rumbo a Salto, pero no era necesariamente por el ruido de las ruedas, o porque no tuviera sueño, sino que simplemente no podia. No ayudaba en nada, tenerlo a él a más de 400 kilómetros de distancia. Los ojos querían cerrarse pero los pensamientos y recuerdos me lo impedían. Resulta que a esas cuestiones sin resolver me encantaba tenerlas ahí, y no solo pensarlas con la cabeza, sino más que nada con el corazón. Y es que el amor es asi, te endulza aunque vos no quieras, te mete en una rosca llena de mermelada y maripositas que uno ni se da cuenta donde está parado. O lo que es peor, ni logra quedarse con los pies en la tierra, mucho menos en equilibrio. En su lugar flota, y sonríe, mira a su alrededor y toca las nubes, los pajaritos, y sigue sonriendo y dando vueltas en el aire. Porque estas cuestiones son así. Te hacen volar sin rumbo aparente, sin pensar, ni por esas casualidades de la vida, que algun día va a llegar el baldazo de agua fría. No, para qué? Volás y seguís, (te inventas alas si es necesario) no te importa si te caes porque estar arriba es mucho más lindo y al parecer, vale la pena arriesgarse.
Y ojo, el amor te atrapa en su red sin que te des cuenta. Como si a una ya estando en el aire, la agarrara despacito un globito y se atara por alrededor (sin que una se de cuenta) con una cuerdita,
fuerte y al mismo tiempo, muy suave y tierna. Dentro de esto, la gente que vea desde abajo ésto, va a querer pincharte el globo, tirarte una piedra, sacarte lo que tenes adentro aunque ellos ni sepan de que se trata. Rompertelo por gusto incluso, pero.. nunca se van a dar cuenta que lo esencial, si es que quieren lograr romperlo, es tirar de la misma cuerda. Tirar y lograr desatar el nudo (que por cierto, sólo logra sacar el mismo que lo ató). Es que la gente no se da cuenta, que el amor pende de un hilo tan imprevisible..
Así de único y lindo como vos.
