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martes, 27 de noviembre de 2012

Fin del mundo


Todo se construye y se destruye tan rápidamente,
que no puedo dejar de sonreir.

Es así. El mundo cada vez muestra más esas dos caretas infaltables al carnaval. Pan y circo para el pueblo, parece que nos gustara conformarnos con lo primero que agarramos, y sin ver ni siquiera un poquito a nuestro alrededor.
La gente al parecer no se cansa de ser egoísta y de pensar sólo en ella misma. Colapsa el Planeta. Evidentemente, si se termina en diciembre no me podría quejar, tampoco hacemos ni un poquito para que se conserve...

Maldita cultura del use y tire.
De lo descartable, desechable.
Donde todo valor se mide por plata,
y no por lo que de verdad vale.

Maldita cultura del consumismo,
de quejas estúpidas de estar obeso,
Sin fijarnos en aquel que al abismo
se queda sin comer por no tener un peso.

Maldita cultura que nos mira
Por lo que llevamos puesto afuera
y no adentro.

Arriba los que mandan
abajo los que creemos mandar
A la derecha centenares de guerras
e injusticias, hambre, y penas.

Y así se encienden cada vez más drogas
Y se toman cada vez más vasos
Y se abren cada vez más blisters
de mil problemas que no tienen fin,

Ni soluciones, ni escapatoria,
Ni evasiones, ni milagros.
Acá no hay cura que encuentren los laboratorios,
Ni dioses que nos puedan llegar a salvar
     
Maldita cultura de gente descartable
Que el alma se la llevó el viento.
Maldita cultura que corazón, no tiene,
ni cabeza,
ni sentido,
ni nada más que
un par de estúpidos billetes.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Libertá

Es raro, pero no tengo qué escribir. Mil veces me senté enfrente al bloc de notas y quedaba en blanco. Intacto. Casi enfermizo. Creo que eso es peor aún que cuando una quiere escribir sólo puteadas, o cosas negativas. La ausencia del grito, es peor que el grito mismo.
Siento que las cosas por fin van tomando forma, van volviendo a su sitio. A pesar de que siento una gran ausencia por otra parte, creo que era necesaria para que resurgiera la mafaldita que tengo adentro. Pero no la revolucionaria, ni la que se cuestiona mil veces sobre la misma cosa... sino que otra. Más simple, más contactada con sus raíces y que recordó a lo que aspiraba desde muy pequeña. A formar un hogar. A tener una educación. A poder ser libre y por lo tanto, feliz.

Muchas veces cuando pienso eso, me doy cuenta de lo convencional que soy. Me asusta un poco tener una meta tan "sencilla". Pero a la vez, en este mundo de mierda, debe ser una de las más difíciles de todas.
Malditas contradicciones.


     - ¿Qué es la Leyenda Personal?
     - Es tu bendición, el camino para ti aquí en la Tierra. Siempre que un hombre hace aquello que le entusiasma, es que está siguiendo su Leyenda. Sucede que no todos tienen el valor de enfrentarse con sus propios sueños.
     - ¿Por qué razón?
     - Existen cuatro obstáculos. El primero: él escucha desde niño que todo lo que deseó vivir es imposible. Crece con esta idea, y a medida que acumula años, acumula también capas de prejuicios, miedos, culpas. Llega un momento en el que su Leyenda Personal está tan enterrada en su alma que ya no consigue verla. Pero ella permanece allí.
     Si él tiene el valor de desenterrar sus sueños, entonces enfrenta el segundo obstáculo: el amor. Ya sabe lo que desea hacer, pero piensa que puede herir a los que le rodean, si deja todo para seguir sus sueños. No entiende que el amor es un impulso extra, y no algo que le impide seguir adelante. No entiende que aquellos que realmente le quieren bien, están deseando que él sea feliz, y listos para acompañarlo en esta aventura.
     Después de aceptar que el amor es un estímulo, el hombre se encuentra ante un tercer obstáculo: el miedo a las derrotas que encontrará en su camino. Un hombre que lucha por sus sueños sufre mucho más cuando algo fracasa, porque no tiene la famosa disculpa: "ah, es que en realidad yo no quería exactamente esto...". Él quiere, sabe que allí está apostando todo y sabe también que el camino de la Leyenda Personal es tan difícil como cualquier otro camino - con la diferencia de que en éste está su corazón. Entonces, un guerrero de la luz tiene que estar preparado para tener paciencia en los momentos difíciles , y saber que el Universo está conspirando a su favor, aunque él no lo entienda.
     - ¿Las derrotas son necesarias?
     - Necesarias o no, el hecho es que suceden. Cuando empieza a luchar por sus sueños el hombre no tiene experiencia y comete muchos errores. Pero el secreto de la vida es caer siete veces y levantarse ocho veces.
     - ¿Por qué es tan importante vivir la Leyenda Personal, si vamos a sufrir más 
que los otros?
     - Porque, después de superadas las derrotas - y siempre las superamos - nos sentimos con mucha más euforia y confianza. En el silencio del corazón, sabemos que estamos siendo dignos del milagro de la vida. Cada día, cada hora, es parte del Buen Combate. Pasamos a vivir con entusiasmo y placer. El sufrimiento muy intenso e inesperado termina pasando más rápido que el sufrimiento aparentemente tolerable: este se arrastra durante años, y va corroyendo nuestra alma sin que nos demos cuenta de lo que está sucediendo.... hasta que un día ya no podemos librarnos de la amargura, y ella nos acompaña durante el resto de nuestras vidas.
     - ¿Y cuál es el cuarto obstáculo?
     - Después de desenterrar su sueño, usar la fuerza del amor para apoyarlo, pasar muchos años conviviendo con las cicatrices, el hombre nota, de repente, que lo que siempre deseó está allí, esperándolo, tal vez al día siguiente. Entonces aparece el cuarto obstáculo: el miedo a realizar el sueño por el cual luchó toda su vida.
     - Esto no tiene el menor sentido.
     - Oscar Wilde siempre decía: "La gente siempre destruye aquello que más ama". Y es verdad. La simple posibilidad de conseguir lo que desea hace que el alma del hombre común se llene de culpa. Él mira a su alrededor, ve que muchos no lo consiguieron y entonces piensa que no lo merece. Olvida todo lo que superó, todo lo que sufrió, todo a lo que tuvo que renunciar para llegar hasta donde ha llegado. Conozco a mucha gente que, al tener la Leyenda Personal al alcance de la mano, hizo una serie de tonterías y terminó sin llegar hasta su objetivo - cuando le faltaba apenas un paso.
     Este es el más peligroso de los obstáculos, porque tiene una cierta aureola de santidad: renunciar a la alegría y a la conquista. Pero si el hombre entiende que es digno de aquello por lo cual luchó tanto, entonces él se transforma. Ayuda al alma del Mundo y entiende por qué está aquí.


viernes, 9 de noviembre de 2012

Just yesterday

Mucha cantidad de café y libros de autoayuda me enseñaron, a prepo, lo importante que es el perdón. Noches en vela completamente innecesarias, sin quererlas, de acostarme y mirar al techo y pensar hasta en esas cosas que no quiero ni pensar. Lo que muchos llamarían soñar despierta, que yo cambiaría por tener pesadillas a ojo abierto.

"Perdoname che", que frase tan poco utilizada para lo que en verdad merece. Capaz que a alguien le pisamos el pie,  y lo decimos. En ese caso merecería una disculpa, pero no un perdón. O esa gente rellenita de rencor que va, y lo dice siempre, como si nada. Sin apenas sentirlo, se llena la boca de perdones, pero muy por dentro siente espinitas en el alma. De algo que todavía no se puede sacar, de algún prejuicio que formó hace años atrás, de algún dolor muy hondo que lleva en el pecho. En fin, poco de sentir, poco de pensar, mucho de palabrerío de más (o menos quizas). Hora que la gente cambie un poco, y se arriesgue a decir -y sobre todo, hacer-  lo que de verdad siente.
Eso, al mundo, es lo que más le hace falta.

martes, 6 de noviembre de 2012

Huellitas

Y pasó.
Viste a tu amiga en la misma situación que te tocó vivir hace casi cuatro años atrás (cuatro ya?). Y se te revolvieron hasta los sentidos que no conoces de vos misma. Ya no sentís como tenés que sentir, sino como tu corazón y recuerdos mandan que lo hagas. Así, como un montón de cristales rotos es como sentís a tu alma. Vacía. Y el eco de tus recuerdos hace que el vacío se note aún más.
Esa desesperación que te viene, de querer quedarte estática y a su vez de querer romper cada una de las cosas que se te crucen por delante de tus ojos. Una manía, un desquicie, más consecutivo e inevitable que el movimiento de la aguja de un reloj. Te acordaste de aquel 2009. Te acordaste de lo que es la soledad.
Ahora también te acordaste de por qué cambiaste tanto tus últimos años. Eso fue lo que te hizo cambiar. Ahora te das cuenta por qué te cuesta tanto cerrar ese capítulo? Porque NO cierra. Simplemente hay huellas que no se borran, que marcan a uno hasta el fin de los días. Y a mí...
a menos que venga quien marcó la huella, no me la van a poder borrar.