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viernes, 20 de diciembre de 2013

Si tenés un tiempito, te lo recomiendo


Muchas personas tienen un amante y otras quisieran tenerlo. Y también están las que no lo tienen, o las que lo tenían y lo perdieron. Y son generalmente estas dos últimas, las que vienen a mi consultorio para decirme que están tristes o que tienen distintos síntomas como insomnio, falta de voluntad, pesimismo, crisis de llanto o los más diversos dolores.

Me cuentan que sus vidas transcurren de manera monótona y sin expectativas, que trabajan nada más que para subsistir y que no saben en qué ocupar su tiempo libre. En fin, palabras más, palabras menos, están verdaderamente desesperanzadas.

Antes de contarme esto ya habían visitado otros consultorios en los que recibieron la condolencia de un diagnóstico seguro:
"Depresión" y la infaltable receta del antidepresivo de turno.

Entonces, después de que las escucho atentamente, les digo que no necesitan un antidepresivo; que lo que realmente necesitan, ES UN AMANTE.
Es increíble ver la expresión de sus ojos cuando reciben mi veredicto. Están las que piensan: ¡Cómo es posible que un profesional se despache alegremente con una sugerencia tan poco científica!. Y también están las que escandalizadas se despiden y no vuelven nunca más.

A las que deciden quedarse y no salen espantadas por el consejo, les doy la siguiente definición:
Amante es: "Lo que nos apasiona". Lo que ocupa nuestro pensamiento antes de quedarnos dormidos y es también quien a veces, no nos deja dormir.
Nuestro amante es lo que nos vuelve distraídos frente al entorno. Lo que nos deja saber que la vida tiene motivación y sentido.
A veces a nuestro amante lo encontramos en nuestra pareja, en otros casos en alguien que no es nuestra pareja. También solemos hallarlo en la investigación científica, en la literatura, en la música, en la política, en el deporte, en el trabajo cuando es vocacional, en la necesidad de trascender espiritualmente, en la amistad, en la buena mesa, en el estudio, o en el obsesivo placer de un hobby...
En fin, es "alguien" o "algo" que nos pone de "novio con la vida" y nos aparta del triste destino de durar.

Y que es durar? - Durar es tener miedo a vivir. Es dedicarse a espiar como viven los demás, es tomarse la presión, deambular por consultorios médicos, tomar remedios multicolores, alejarse de las gratificaciones, observar con decepción cada nueva arruga que nos devuelve el espejo, cuidarnos del frío, del calor, de la humedad, del sol y de la lluvia.
Durar es postergar la posibilidad de disfrutar hoy, esgrimiendo el incierto y frágil razonamiento de que quizás podamos hacerlo mañana.
Por favor no te empeñes en durar, búscate un amante, se vos también un amante y un protagonista... de la vida
Pensá que lo trágico no es morir, al fin y al cabo la muerte tiene buena memoria y nunca se olvidó de nadie.
Lo trágico, es no animarse a vivir; mientras tanto y sin dudar, búscate un amante...
La sicología después de estudiar mucho sobre el tema descubrió algo trascendental:

"Para estar contento, activo y sentirse feliz, hay que estar de novio con la vida".

- Jorge Bucay


lunes, 9 de diciembre de 2013

Balance

Este año aprendí de un tirón muchas cosas. Aprendí que tan solo 365 días son capaces de tirarte hasta lo más abajo posible, solo para demostrarte lo alto que podés llegar.
Aprendí que los imposibles son solo imposibles hasta que alguien los supera.
Aprendí lo valorable que es sentir las cosas como inalcanzables, porque en el punto en que uno las logra, lo reconfortan el doble.
Aprendí que no vale la pena discutir hasta cansarse. Quien piense de una manera, y esté totalmente convencido de lo que piensa (aunque sea erróneo), no va a cambiar su forma de pensar, hasta que lo vea con sus propios ojos.
Por eso aprendí que no vale la pena discutir por política, pero claro,  sin nunca dejar de lado en lo que uno cree. Y a eso, seguirlo con el corazón, que es de la forma en que sirve mostrárselo a los demás.
Aprendí que los deseos que tiene uno para su vida, siempre tienen que estar encendidos. Más allá de que un mundo entero los tire abajo, uno siempre tiene que tener la convicción de que eso es lo que quiere para su vida, sin importar el resto. En definitiva, nunca los otros van a vivir la vida por nosotros. Así que tenemos que hacer lo que realmente queremos, y punto!
Podemos cambiar el camino mil veces. Pero nunca debemos apartar la mira de ese deseo que tanto queremos.
Esa es la clave.

Diciembre siempre me pega mal, loco