* Fragmentos que quedaron estancados, vamos a sacarlos a la luz en un momento de crisis.
Siempre me gustó coleccionar papeles, colgar diplomas, tener certificados de las cosas que hice a lo largo de mi vida. Tengo mi pared llena con esos cuadros, y carpetas que engordaron gracias al papelerío que tuvieron que comerse. Y para qué? No tengo idea. Incluso en el momento de obtenerlos me imaginé que no me redituarían mucho en mi futuro. Aún ahora que los veo, entiendo que nomás sirvieron como vagos recuerdos de mi infancia o adolescencia. Y quizá no solo eso, pienso que así es mi forma de vida. Así soy yo, y no hay vuelta. No solo en lo que era referido a estudio, sino que también guardo todas las tarjetitas de los 15, las cartitas que me hacían desde cuarto de escuela, todos mis cuadernos de la amistad, los poemas, t o d a s las fotos habidas y por haber... entre muchos otros. Debo de suponer que soy una maquinita llena de memoria que vive echando leña a los recuerdos, para sacar algún futuro productivo. O eso espero.
