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sábado, 23 de diciembre de 2017

El arbol decorado

Los 8 de diciembre la mayoría se dignaba a armarlo. Sacarlo de la caja, después de casi un año de estar guardado. Se contaba que la navidad se recibía en todas las casas de manera diferente, unos amaban el día que había que armar el arbolito, y otros, agarraban los chirimbolos con bronca, o si las lucecitas estaban muy enredadas, directamente compraban otras. Se contaba también que en ese tiempo había agarrado mucho polvo, y olor a humedad, por eso algunos sacaban el plumero y otros lo dejaban ventilándose afuera. Todos con los preparativos. Los ansiosos, armándolo ni bien se asomara diciembre, y otros, más dejados pero con muchas ganas y apuro, armándolo un par de días antes que llegara Papá Noel. Todos, ante la espera que ese día, la base le quedara llena de regalos y atenciones, de amor y de olvidos, de regalos grandes y regalos chicos, algunos vacíos, y hasta otros, invisibles, por aquellos que ya no están. 
Cuando era chica me encantaba ver el árbol armado en casa, ver las luces, estar a la espera de que llegara el día. Me encantaba porque significaba que toda mi familia iba a venir a casa, y que se iban a comer cosas ricas. Y ojo con no armarlo, porque capaz que Papá Noel no llegaría. Fueron pasando los años, y mi familia se fue desarmando, fue cambiando, quedamos unos por un lado, y el resto en otro. Hubo gente que desapareció porque quiso, otra porque se tuvo que ir, y con el tiempo no fue teniendo el mismo sentido. El polvo se fue juntando, para quedar en un rincón quien sabe donde.
En 2017 no lo arme, tampoco el año pasado, ni el anterior. No es que no me guste, porque es increíble el amor que se transmite en estas fechas (todo el mundo se acuerda de sus amigos y familia), y es un tiempo de paz y armonía sumamente bonito. Me encanta diciembre, es un mes reencuentro. Pero creo que las cosas deberían de ser así todo el año. Todo el año ser amables, atenciosos con nuestros allegados, cordiales, pacientes, buenos hermanos e hijos, buenas parejas, buenos amigos. Será porque el arbol se fue empolvando a medida que la gente innecesaria se fue extinguiendo, pero no me nace armarlo porque sí. En todo caso habría que tenerlo fuera de la caja todos los días, o llevar todo el decorado y el brillo por dentro. Yo opté por lo úlitmo.

Feliz navidad, por una felicidad que sea 24/7. A los que están, a los que ya no y guardo acá dentro, y a los que se fueron yendo. Felicidad, amor, prosperidad, paz y salud. Todo lo lindo, todo lo que los haga un poquito más felices.

La vida siempre te pone donde necesitás estar.

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