Resulta que esta vez... sí quise parar el mundo.
Sí quise bajarme.
Y aca estoy, con los pies sobre un suelo que no conozco.
Con pánico, con intriga, con miedo a caerme, igual que a los niños cuando los largan a dar sus primeros pasos.
Será cuestión de volver a aprender a caminar...
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