Tuviste tres motivos para dejarme, pero cuatro para extrañarme. Sobre todo, encontraste cinco formas de hacer que yo te extrañe seis de los siete días que tiene una semana entera. Al octavo día me di cuenta que todo había terminado, y que no había otra forma de seguir si no era volviendo a empezar de cero. Un lunes, de aquel mes nueve, que se dice setiembre en mi calendario. Y yo recuerdo esa noche, esos besos que me juraste. Esos diez, cien, mil besos que me dijiste que me ibas a dar.
Y todo quedó en esos tres motivos que tuviste para irte. En esas dos lagrimas que se deslizaron sobre mi mejilla cuando me miraste. Y de esos mil besos, en ese último y único que me diste cuando te fuiste. El resto, fueron promesas, simples promesas que no sirvieron para nada.
(Sólo para seguir contando..)
parece que las mujeres(todas) tenemos esa capacidad para resentirnos con lo malo y acumular al mismo tiempo tantos recuerdos buenos siempre... Pase por acá tdvia no se bien como, supongo que saltando de blog en blog hasta que algo me hizo aterrizar en esta entrada, hoy, 19 de junio cuando descubrí que tenía un montón de msjs del "hombre de mis pesadillas"guardados en el cel, que muchos mentían jurando que me quería... Y te leí, y te juro que más allá de mis motivos de tristeza y mis incontables recuerdos y cicatrices, desee de todo corazón que la vida les sonría con el doble de lo que se merecen, porque si lo hace sólo con lo que merecen van a estar cortos de alegrías! Ánimo "colega", un gusto leerla =)
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