La cuestión ya no era saber,
Si era para uno o no.
Era indiscutible que sí
Que se entendían...
como la nube a su primer gota de lluvia
Como las agujas del reloj al tiempo
Como la vida, a la inagotable muerte
Como todas esas cosas que se entienden entre sí, pero que nadie mas entiende.
Es que sí. Ese no era el problema. El problema era saber que quien a uno lo puede llegar a conocer, lo puede conocer en lo bueno, y en lo malo, en la fortaleza y la debilidad.
Y vos ya te conocías en el amor.
A vos nunca te gustaron los matices.
Y sabés que seguir con algo así es entregarte a la mayor de las vulnerabilidades. A estar arriba un día, y al siguiente, tan abajo como es posible.
Qué es mejor? Estar en un maldito punto medio en el que te prestás a estar siempre bien, sin necesidad de caer;
o uno en el que puedas estallar realmente de una felicidad enfermamente contagiosa y encendida, asi como con una tristeza incurable?
Que es mejor? Vivir en el error, siendo consciente de las posibilidades, o vivir en el aparente acierto?
Supongo yo que hay ciertos errores que son fortuna. La suerte la tienen quienes la buscan.
Quienes se animan a buscarla.
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