Lo fácil nunca es tentador.
Lo que está al alcance de la mano, nunca nos llama la atención. Tenemos la dispensa llena de comida, pero casualmente queremos esa lata que está en el último estante... al fondo.
Nunca serví para ser tentadora. He servido para ser sincera, para abrir las alas dispuestas a que vuelen alto, y lejos. No sirvo para las cosas a medias, ni para simular que no las siento, cuando sí lo hago. Por eso soy mala tentando a la gente. Mucho más amarrándola con tácticas y estrategias.
En mi adolescencia leía las Cosmopolitan, llenas de notas tituladas a modo de ejemplo, como: "10 cosas que debes hacer para enloquecerlo", "5 maneras de seducirlo y conquistarlo", "cómo llamarle la atención al chico que te gusta"...
Y las leía, eh. Lo reconozco, pero se ve que no aprendí mucho. Siempre fui la misma idiota, sincera desde cualquier inicio, abriéndome de par en par. Pero la gente no lo valora. Lo fácil nunca se valora.
Lo único bueno de ser así de boluda, es que, al no mentir ni fingir en ningún momento.. recibe sinceridad también.
Si hubiese seguido los 1500 tips que me decía la revista, capaz conquistaba (y "retenía", que eso es lo más difícil) al que se me daba la gana. Pero... hubiese sido yo quien los conquistó? O un personaje simulado en el momento?.
Ah. Ahí está, la segunda opción claramente. Y de qué me servirá ganar sin ser yo? De nada.
Podría decir que no soy tentadora, pero sí conquisto. Lleno espacios hasta la médula. Y pobre esa gente que con estratagemas superficiales va por la vida llamando la atención. Justamente, eso queda en la superficie.
Yo no tiento. Cuando tienen la chance de tenerme, plaf! Se borran. Me tienen tanto que no me valoran, por eso mismo, porque estoy de veras.
Pero cuando no estoy... ahí esta la cuestión. Ahí se siente el vacío. Y lamento en el alma, esto de ser fácil no es tan fácil. Bien por el que confía, y valora la entrega. Pero en la vida todo son momentos.
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