Seguidores

jueves, 27 de febrero de 2014

A los ojos

A los ojos puedo mirarte,
y sentir que así me pierdo
como en un vacío errante
lleno de todo lo que yo quiero

A los ojos me resulta fácil
saber como estás
saber donde estás
saber adónde quiero ir.

A tus ojos, y dentro de ellos
uno se encuentra
uno se contradice
y de nuevo se vuelve a encontrar

Y así, estando cerca o lejos
estando dentro o fuera de ellos
lo que tienen de lindo tus ojos
es la mirada.

Una mirada que donde quiera que esté
siempre voy a tenerla inyectada
dentro de mis pupilas
y dentro de la piel.

Sabiendo que,
donde quiera que estemos los dos,
de alguna forma
vamos a estar mirándonos.


martes, 25 de febrero de 2014

La mayoría es buena gente

 Alguna vez me preguntó mi madre: “¿Cuándo vas a dejar de pelear para comenzar a vivir? ¡No se pueden hacer las dos cosas a la vez!”. Mi madre creía que el día del Juicio Final el Señor no nos juzgará uno por uno ―ardua tarea―, sino el promedio. Y si juzga el promedio estamos salvados, porque la mayoría es buena gente. El bien es mayoría, pero no se nota porque es silencioso: una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, hay millones de caricias que construyen la vida. Diría mi madre: “Si los malos supieran qué buen negocio es ser bueno, serían buenos aunque sea por negocio”.
- Facundo Cabral 


domingo, 23 de febrero de 2014

Rincón

"Y aunque no siempre he entendido
mis culpas y mis fracasos
en cambio se que en tus brazos
el mundo tiene sentido"

- Mario Benedetti
Hay veces que uno necesita hacer un agujerito adentro suyo, para ir hasta lo más profundo de si mismo. Ir avanzando, haciendo un túnel, prácticamente infinito (para muchos de nosotros), pero posible. Llegar a ese punto en el que hasta nosotros mismos nos escondemos de lo que podamos encontrar: nuestros miedos, nuestros sueños y lo que más amamos.
Estaría bueno ir, y quedarse un rato. Contemplarlo desde adentro. Hacerse amigo de esas cuestiones que por lo general, enterramos en algún momento. Mirarlas, y mirarlas desde cerca. Saber de que están hechas y hasta diría yo, abrazarlas. Es necesario a veces apropiarse de lo malo, tanto como si fuese lo bueno. Es que, poder conocerlo te deja más alerta. Te hace saber cómo necesitás moverte para poder conseguir aquello que tanto querés. Y sobre todo, cuando estemos allá soñar un poco despiertos, así como hacemos todos los días con esos deseos que tan lejos vemos de cumplir. Pero estando de verdad despiertos.
Una vez que las hayamos querido tanto todas esas cosas como para no dejarlas ir, ahí, que una fuerza sobrenatural nos lleve a la mayor velocidad posible al exterior. Así encontrarnos todo el mundo como antes de entrar. Pero con una gran diferencia, con ganas de vivir aquello que tanto escondemos, con ganas de perderle el miedo a todos esos miedos, y convertir en arte ese amor que tanto tiempo tuvimos encerrado -con tantas cosas por decir-