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martes, 20 de abril de 2021

Como un sueño

Anoche soñé contigo. Dormí 4 horas, las peores del mundo. 

Anoche soñé contigo, y rectifico, tuve pesadillas contigo, y conmigo.

Hoy desperté sintiéndome menos, sintiéndome chiquita, recordando aquella sensación de no ser suficiente. Ni siquiera para mí.

Hoy desperté con amplias ganas de llorar, con una impotencia en el pecho, y no la entendí.

Hasta que sí la entendí.

Dios dirá que quiere decirme con ese sueño. Dios, como la vida misma, como la energía que se ha encargado de llevarme por dónde he ido convencida siempre. Esa misma energía que me faltó los últimos años, y que siento -por suerte- que de a poco está volviendo. 

Suerte en todo. Mucho amor en todo, para vos que fuiste mi familia más que cualquier otra cosa.

jueves, 8 de abril de 2021

Abril 8, 2021. Zurcidos invisibles

 "Zurcidos invisibles, arreglos en general

Corazones reversibles, listos para alzar

Estrella de papel, pegada en la pared

Me recuerda al cielo, quiero estremecerlo."

- Buitres


Debo confesar que hay muchas cosas del mundo que detesto, y otras que me encantan. Sobre todo hablando de la gente que habita al mundo, porque la gente lo hace lo que es: o un lugar de mierda, o un lugar hermoso.
Entre esas cosas que amo, está la gente que cuida a los otros, que los cuida tan bien que la persona se siente protegida, sin saber que hay alguien mirando tras su hombro. Amo esa gente que elabora tan bien los caminos, con cuidado, con cautela... Esos que te ven la herida y ya entienden como arreglarla solo con prestarle atención.
Hacen, como una especie de zurcido invisible en la herida y el alma. Hacen que no queden cicatrices más allá del dolor de la fisura. No importa cuan profunda, cuan aguda... Ellos están.

Y ahí van, con sus manos mágicas, arreglando, pasando ese hilo traslúcido que tanto hace, y que tan poco se nota, sin esperar nada a cambio.

Yo estoy convencida que todos tenemos un fin, y que hay gente que está determinada a sanarle el alma a otros. Me encantaría llamarlos zurcidores.
Y ahí, cuando vieron que ya sanó, que ya está todo bien, es recién cuando se van a seguir su cometido, curando a otros y estremeciendo sus cielos.
Igual, estoy con muchas ganas que estremezcan el mío. Y que se queden ahí.

Hoy miraba a mi viejo, y mierda... Me tuve que aguantar para no llorar. Pareciera que ya no tiene ganas de vivir, que todo le da igual. Me duele el alma, realmente es un calambre en el alma; pero si hay algo que entendí es que no puedo insistir, que las ganas de vivir no se inyectan. Y que cada cual, lamentablemente, decide su destino. Uno  y es creador y actor principal del mismo... Y yo ahí no puedo meter cuchara, más que verlo, y que sepa que ahí estoy.

Zurcir... Precisaría que alguien me enseñe a zurcir. Soy buena escuchando, me doy maña para arreglar a otros, pero no a mi misma.
Preciso aprender a darme unas puntaditas de hilo para cuando no marchen las cosas del todo bien. 

lunes, 5 de abril de 2021

Abril 6. De Compost y Reciclaje

"No dejaré que seas fría

Yo podría calentarte

Para abandonarme y renacer"

Amor Amarillo - Cerati


Ayer tuve la fortuna -y desgracia- de leer entradas viejas de este blog. La Florencia de 2012 le pegó unas cuantas cachetadas a la actual. La de antes tenía menos madurez, pero más ovarios para hacerse frente, cuestionarse la vida, los sentimientos, y el por qué de todos los cambios.
La actual, pareciera amar la quietud. 

Y qué peligro, quedarse en la comodidad de la zona de confort, no apostar al cambio por simple costumbre. 
Super peligroso.
Por lo menos conservo la parte de observar, y por lo visto el mundo está lleno de esos, como yo, que no salen de su zona. Lleno de miedo al rechazo, al fracaso, a intentar de nuevo y fallar. Lleno, sobre todo, de expectativas pinchadas antes del intento.
Por favor. Pareciera que vivimos con una aguja en la mano, meta pinchar. 
Todo está cada vez más descartable, y me incluyo. Falta que nos pongan la etiqueta con las tres flechitas de reciclaje en la frente.
Porque, a fin de cuentas, somos eso. Algo que se usa, que sirve por determinado tiempo y zas! Algo que se deja por ahí. A veces, creemos ir directo al tacho, pero la verdad es que nos recuperamos, y seguimos por ahí en la vida, caminando, reciclados. 

Y hay gente, por suerte, que le gustan los retazos.

Marzo 26. Perdón, estoy para mí.

Estoy para vivir el tiempo que me queda. El que se fue y el que aún no vino.

Estoy para disfrutar de mis silencios. Esos tan lúgubres, tan muertos, en los que no me queda más remedio que escucharme a mi misma.

Estoy para conocer mi voz interna y espantarme. Pero esta vez, a diferencia de otras, estoy para no irme corriendo al escucharla.

Puedo sentarme a esperar como pasa la vida, sin desesperar en la espera. Estar a solas no hace que el tiempo pase más rápido.

En la vida estuve para todos, para todo. Prefiero pecar de egoísta,  y ahora estar para mí.

Pero, estoy?