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domingo, 31 de julio de 2016

*

Hace tiempo que el tiempo anda danzando
Se tropieza, se enreda, se endereza
Anda solo por un camino ancho y a veces
me toma de la mano como si precisara de su paso
Me abraza entonces, me llena de palabras
Y ellas se escapan bailoteando
Hijas del sueño, de las mañanas frías
de la tibieza dulce de mi café amargo
No escribo para vos, escribo porque el silencio pesa
Porque lo no dicho no existe y temo despertarme
algún amanecer sin más recuerdos
sin más que la apatía de dejar correr los días
sin andarlos buscando a trompicones
Tengo pocas certezas, las que había
fueron quedando presas de una retahila
de poemas al uso, de canciones que quizás
un día fueron mías por una que otra hora
Y hoy escribo porque anda desolada la alegría


- Silvia Visconti (2015)

martes, 19 de julio de 2016

No te diste cuenta

Más allá de la casualidad que nos unió
de los versos sentidos que nos conocieron
de las perfectas causas y efectos
que cruzaron tu camino con el mío

Más allá de los viles pronósticos del resto
de los comentarios y negativas que se sintieron
de lo erróneos que eran sus conceptos
en cuanto a ese cruce hecho

Más allá de un mundo en contra,
luego de una vida en contra,
y de vos mismo en contra
de mí...

Supe agregarle pétalos
a una margarita ya deshojada,
y cantar mil y un canciones
a alguien con una intermitente sordera

Supe dar todo de mi,
sin importar que en el camino me perdiera
Dí todo de mi
y no te diste cuenta

Di amor, tanto amor
que me olvidé de amarme
que me olvidé que era alguien
y supe creerme un cero

Un cero inubicable
que no está ni a la derecha,
ni a la izquierda,
ni en ningún lado.

De esos ceros que se pierden
si se los sopla,
que desean perderse
y estar en ninguna parte.

Pero hasta los ceros, vacíos como son,
muestran que todo es redondo
y que todo tiene un sentido,
por más que así no parezca.

Y volví a tratar de amarme,
a colorear mi vida como pudiese,
a aceptar esa flor sin pétalos,
a cantar, aunque nadie me escuche.

Volví a ser yo, y no te diste cuenta
que el amor no es que se vaya,
no es que se muera, ni que no esté
Sólo se aprende a vivir con la llave baja

Con la luz tenue,
pisando despacio y con cautela
Que el mundo brillante es hermoso,
pero enceguece.

jueves, 14 de julio de 2016

Paper bridge

Era loca,
insufriblemente loca.
Tan cuerdamente loca,
que parecía normal.

Los ojos engañan,
los sentimientos son veraces.
No podemos amar algo
sólo por lo que vemos.

La vida es un túnel de papel
y uno viaja en lapicera.
Los años marcan varios trazos,
las medias tintas nunca sirven.

A medida que pasa el tiempo,
el papel se amarillea,
los trazos se vuelven más finos,
pero más largos.

Y a fin de cuentas somos eso,
un papel que se degrada,
que tiran, rompen, o arrugan,
y va a la papelera.

Somos sólo eso,
un mísero papel,
y todo lo que le escribamos,
mientras estemos vivos-

jueves, 7 de julio de 2016

Querido amor:

Esta es una carta poco convencional para mí. No va dirigida a nadie, ni está inspirada en nadie, pero sentí la necesidad de escribirla. Muchas veces he sentido que mi vida es un tanto matemática en cuanto a las acciones y al karma. Todo lo que he dado, malo o bueno, me ha vuelto, sin cesar. Una situación atrás de la otra, como un dominó. Esto, generando una especie de sube y baja de emociones, estando abajo (queriendo estar arriba); estando arriba (sabiendo lo que es estar abajo). Pero lo que he sentido de la vida es que nunca me ha devuelto un equilibrio. Tanto subir y bajar sin sentido, sin entender su porqué. 
Fueron muchas las veces que me pregunté... y para qué tanto vértigo?
Me he convencido que sentir ilimitadamente era la respuesta, pero no lo es. Hoy, es que me di cuenta que no.
Querido amor, te he encasillado tantas veces, tantas que me he cansado. Te he querido etiquetar, y seleccioné a los muchachos de los que tuve la suerte y "suerte" de enamorarme, como quien elige un par de tomates suculentos y brillosos en la feria. Pero bien sabemos, el amor tiene múltiples aristas, y podemos saber que ese par de tomates a la vista estén hermosos, y por dentro sean ricos, o asquerosos; o cabe la posibilidad que estén pudriéndose. Hay tanto, tanto para ver... que no dan los ojos, ni los sentidos.
Querido amor, cometí el peor de los errores, me olvide de lo clave, de lo dulce, de lo más dulce:
Al amor no lo elegís; es el amor que te elige a vos.
Que te flecha irremediablemente, atravesándote de lado a lado, quedando inmóvil ante todo lo demás. Quedando lo suficientemente inmóvil como para no poder sacarte esa flecha, pero con movilidad suficiente como para no sacrificar tu libertad.
Fácil, difícil, inexistente, oportuno, imposible, utópico. Son miles los calificativos que le han dado al amor.
Y para mí el amor, mi amor, en el pedacito de utopía que construí y acabo de sellar hoy...
es aquel, en que la flecha los atraviesa a ambos de lado a lado. Y sí, al mismo tiempo. Siempre se hace lugar a que el tiempo es relativo, pero a lo que me refiero es que en el verdadero amor, la cuestión es coincidir.
El verdadero amor es justo, es sumamente hermoso y perfecto a su manera. Sucede cuando las dos personas, ambas de ellas, tienen en sus manos el poder de ayudarse y el poder de destruirse. Se trata de una confianza y entrega mutua, ciega, irremediablemente ciega.
Y sé que muchos la tacharán de imposible, pero yo en la vida me voy a cansar de creer en ella.

Querido amor, por último y no te molesto más...
el amor mira y hace más de lo que habla. Siempre los ojos hablan más claro que las palabras.

Besos amor. Te agradezco por todo lo que me has dado hasta ahora. He tenido el gusto con los errores más tétricos y con los más hermosos, también. Casi 23 años, bastante bien vividos, nunca quedándome con el nudo en la garganta ni en el corazón. Después de todo, muchos de los grandes aciertos en la historia han comenzado siendo errores. Muchas cosas se han hallado sin siquiera buscarse.
Y quién te dice, yo que no tengo miedo a equivocarme... capaz algún día, me encuentra.