El amor de plástico tiene una forma perfecta. Te lo imaginás para la foto en la playa, y queda hermoso. A la presentación de la familia, encaja justo. Visto de afuera, es estético, entra de maravilla en tu vida, y aparentemente estás ciega si le decís que no a ese amor.
Pero,
no creo en las perfecciones,
Ni en que todo tenga su lugar exacto en una casa, ni en una oficina, ni en la vida, y mucho menos, en el amor.
Quizás sea que a mi, las emociones me gustan como vienen. Sin disfraz, sin tanta elocuencia.
A mi dame un amor desordenado y rústico. El amor jugado, el que sea cualquier cosa, menos tibio. Que, aunque no quiera elegirlo, me elija, me agarre, y no me suelte.
El amor razonado, es maravilloso y deconstruido; pero no lo quiero.
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