Poder disfrutar del viento en la cara
Cuando pega de frente
De las olas de mar rozando los pies
cuando se dejan vencer en la orilla
De un buen plato de pasta y un vino
Sin culpas ni contar calorías
Y hasta de esos nervios en la panza,
que muchos llaman mariposas
Creo que tener fecha de caducidad
Es maravilloso
Advierte que todo ese disfrute tiene su fin
Su tiempo, sus porqués
Una vida breve, pero intensa
Cómo todas las cosas buenas de vivir
El vencimiento, la muerte
No es más que una alerta
Para decirnos que estamos vivos…
Y que subsistir no es sinónimo de vivir.
Creo que nada eterno
Puede eternamente quererse,
Inevitablemente, en algún momento
Se ahogaría en el peor sentimiento:
El hastío.
Y llegaría sin más
A esa desidia inevitable,
Aún si fuera la octava maravilla del mundo, el plato de comida
con más estrellas Michelin,
o el amor de tu vida
tocándote la puerta
pidiéndote volver
con tus flores favoritas.
Todo perece.
Todo cambia.
Todo muere…
Por suerte.
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