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jueves, 24 de septiembre de 2015

Era extraño. Y estaba mal lo que hacía. Pero cada vez que lo hablábamos revivía en mi una parte que estaba dormida. Y me encantaba. Esta tan mal vivir?

Capaz que vivir es eso, estar en el aire. Saberse de cosas imposibles, que en el fondo (a pesar de que todo te cante lo contrario), son posibles. Que muy, muy dentro tuyo, tenés algo que te dice que va a pasar. Nosotros somos mediocres, contando como parte de la vida el tiempo que tenemos los pies en el suelo. Eso no es vivir. Vivir es arriesgarse. Y es extraño, porque uno piensa que al momento que suceda, va a tomar la decisión de hacerlo. Pero no. Sale solo.
El verdadero riesgo sale volando del alma sin que te des cuenta. Vas 10 pasos atrás de él. Es gracioso, porque lo ves de lejos y no tenés idea cómo te lleva a arriesgar tantas cosas. Pero te divertís tanto... se disfruta tanto.
Y de pronto, caes de nuevo a la superficie. Como todo riesgo, No te avisa cuando te lleva, pero tampoco cuando te trae. Ahí es que te mirás cara a cara con él y decís... "para qué me trajiste? Yo quería estar arriba".
Y te contesta: "si vivieras todo el tiempo allá en las nubes, No tendrías idea de lo lindo que es. Me estarías pidiendo para subir aún más arriba. Y no existe".


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