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jueves, 12 de mayo de 2022

Febrero 25, 2019

 Ojo con los rompecabezas que tardan mucho tiempo en resolverse. El rompecabezas de la vida no es precisamente de 1000 piezas, y practicamente se resuelve solo.

Las fichas van cayendo una a una, como por arte de magia, al lugar que pertenecen. 

A veces nos equivocamos (o la vida se equivoca) y creemos que una pieza es la que va a solucionar el hueco que queda vacío, porque la miramos de afuera y parece exacta. La acercamos y vemos que no es, que no encajan ni los colores ni la forma en su lugar. Pero nosotros, tercos como somos, pasamos rato queriendo hacer que encaje ahí, en ese hueco que estaba hecho para otra pieza.

A menudo no sé para que nos gastamos tanto en forzar situaciones, relaciones, amistades, trabajos, estudios... No sé con qué afán queremos hacer entrar esa pieza que obviamente, no va alli. 

Lo único que si sé, es que la pieza que realmente encaja, siempre está con el resto... dentro de la caja. Ahí, esperando encontrar su lugar, o mejor dicho, ser encontrada.

Nosotros, dueños de esos rompecabezas deberíamos ser responsables y saber que construír a medias, no sirve de nada.

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